Una emotiva y significativa ceremonia vivieron 34 mujeres usuarias del programa “Mujeres Rurales” de INDAP-Prodemu, quienes fueron certificadas tras cumplir tres años de capacitación, en una iniciativa que busca contribuir al incremento de sus ingresos mediante la consolidación de iniciativas económico-productivas asociadas al mundo rural.
Claudia Guzmán, territorial de Delegación Provincial de Melipilla, felicitó a las 34 beneficiadas del programa, quienes se capacitaron para poder emprender en el rubro avícola, de alfarería y de hortalizas. “Este convenio INDAP-Prodemu es increíblemente positivo para la comunidad, y para las mujeres rurales, porque da la posibilidad de obtener nuevas herramientas, no sólo para sus emprendimientos, sino que también en el ámbito social, económico, que les permitirán desarrollarse como productoras. Como Delegación Presidencial Provincial de Melipilla vamos a seguir apoyando todas estas instancias, que van a otorgar herramientas y mayor apoyo a todas las mujeres de la provincia”.
Por su parte, Gabriel Oviedo, Coordinador Nacional del Programa Mujeres Rurales de Prodemu, indicó que “es fundamental asistir a estas ceremonias de cierre, que nos entregan los sentires, la experiencia de lo que ha sido el ciclo de formación y acompañamiento que han tenido las participantes. Con este convenio de colaboración, se puede ver el producto de esta alianza virtuosa de estas instituciones que entregan conocimientos técnicos, pero también sobre el empoderamiento y derechos de las mujeres”, resaltando el valor del programa, “que genera grandes resultados, mujeres que poseen unidades productivas que tienen un potencial económico interesante y prometedor, programa que también potencia a las lideresas que representan a los grupos de mujeres que acá se están certificando”.
Pamela Rodríguez, directora regional de Prodemu, expuso que la finalidad del programa “es entregar herramientas a las mujeres, no sólo para que crezcan en el ámbito de un rubro en específico, sino que también tiene como objetivo crear asociatividad y que se empoderen para lograr la autonomía económica. Es una intervención integral de tres años, donde INDAP y Prodemu les entregan un fondo para que tengan una unidad productiva para alcanzar esta autonomía económica”, exponiendo que seguirán siendo usuarias de INDAP, y continuarán con una relación con Prodemu, “pero ahora de una forma asociativa, donde ellas pasan a ser participantes, en el término que educarán a otras personas, así como llegaron al principio ellas”.
La directora ejecutiva de Fundación Prodemu, Cristina Martín Sáez, indicó que “siempre recibimos estas certificaciones con mucha felicidad y entusiasmo, porque sabemos que el paso que dan las mujeres a decir que sí a este proceso formativo es una decisión compleja, pero que sin duda después de tres años tiene frutos, donde las herramientas que les hemos entregado, tanto de unidad productiva como de formación integral en empoderamiento, autoestima y autonomía económica, nos vamos convencidas de que es un trabajo logrado. Ahora ellas saben que pueden avanzar mucho más, sobre todo cuando entienden lo que son sus derechos y saben dónde tocar la puerta”.
Mónica Huerta, jefa de área INDAP Melipilla, indicó que para la institución es una valiosa instancia. “Hoy egresaron más de 30 usuarias que pueden continuar con otras asesorías como Prodesal, y así puedan continuar creciendo con su unidad operativa. Hay muchas de ellas que son avícolas, hortaliceras y alfareras, y para nosotros es importante, porque además recibieron otro componente que es la asesoría personal, que les permitió empoderarse de este trabajo colaborativo, y hoy están preparadas para continuar de forma individual para crecer con su producto”.
Finalmente, Irma González, beneficiaria del programa, quien se dedicó a la producción de hortalizas, valoró la capacitación entregada. “La experiencia fue maravillosa, porque más allá de todos los conocimientos que uno adquiere, también hay clases que van en el ámbito personal, cómo nos manejamos, cómo llevamos adelante las relaciones personales, con la familia y el resto de las personas. Me voy totalmente enriquecida con esta nueva experiencia”, detallando que “de cultivo no tenía conocimientos, y ahora en estos momentos tengo dos invernaderos, uno de cultivo hidropónico donde cosecho lechuga, rúcula, albaca, y otro en tierra que es de tomates”.
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